[Escrito originalmente en inglés por Elodie Reed. Traducción por María Aguirre.]
La puerta frontal de la casa de Javier aparece después de subir dos escaleras. Él vive sobre un establo lechero en el condado de Addison.
You can read the English version, here.
Se utilizará un seudónimo para Javier. A él le preocupa lo que su empleador pueda responder con lo que me comparte sobre las condiciones de su vivienda.
Dentro, Javier me da un recorrido. Empezamos en la cocina, donde un aire acondicionado antiguo se posa sobre la pared. Javier me cuenta que el anterior aire no funcionó bien por meses durante el verano antes de que su jefe finalmente lo reemplace.
“No funcionaba, solo aire pues, pero como un ventilador, y sí duró como unos tres meses, dos meses”, dice Javier.
Desde el baño, el servicio a veces gotea hacia al área de la cocina. Y allí está la ducha. No tiene una cabecera, solo un simple tubo. Javier dice que a veces el agua sale muy caliente, entonces utiliza un balde para mezclarla con agua fría y poder bañarse.
Desde el cuarto de Javier, donde no hay ventanas, se puede escuchar a las vacas mugir.
“Hay vacas aquí abajo que van a parir. Se mueven [y] se mueve la casa así”.
Cuando le pregunté a Javier si él ha hablado con su jefe sobre las condiciones de su vivienda, él dice que sí, y los resultados han sido diversos. Mientras tanto, Javier dice que él se adapta porque tiene que hacerlo.
Pero, vivir así puede ser una amenaza hacia la salud. Según la Organización Mundial de la Salud, una vivienda deficiente se vincula a enfermedades respiratorias, cardiovasculares e infecciosas, e incluso heridas y enfermedades mentales.
Regulaciones de Vermont sobre la renta de viviendas
Javier está entre las 2,000 o más personas que viven en los habitaciones dentros de granjas que proveen los empleadores en Vermont, en su mayoría, en granjas lecheras. Los empleados que viven allí lo hacen por falta de transporte o porque trabajan largas jornadas.
Debido a que la producción de lácteos dura todo el año y funciona de manera más permanente, un vocero del Departamento de Trabajo le dijo a Vermont Public que la ley federal que busca proteger a trabajadores migrantes por temporada, que incluye sus derechos de alojamiento, no aplica para trabajadores como Javier.
Sin embargo, bajo la ley de Vermont, cualquier trabajador agrícola con alojamiento brindado por empleadores, debe recibir un sitio seguro, limpio y habitable. El alojamiento en granjas está cubierto por el código estatal de salud, el cual requiere cosas como vías apropiadas de calefacción y ventilación, baños que funcionen y cuartos que se ajusten al clima.
Pero, Vermont Public encontró que ninguna agencia estatal rastrea quejas de viviendas en granjas.
Actualmente, la salud de los que viven en las unidades de renta, es supervisada por el Departamento de Salud. Y esto es aplicado por los funcionarios de salud del pueblo y ciudad.
Meg McCarthy está con el Departamento de Salud. Ella dice que cuando los funcionarios de salud reciben una reclamo, estos realizan una inspección y programan una fecha límite para arreglar el problema.
Sin embargo, ella dice que no hay proceso específico para verificar si el problema es resuelto.
“Quizás soliciten, sabes, recibos o correos o algo que muestre que la violación ha sido corregida”, dice McCarthy. “Ellos deberían ir otra vez y realizar una inspección de seguimiento”.
Bajo este sistema, el estado no conoce sobre la naturaleza o el número de estas quejas.
“A este punto, sería de preguntar pueblo por pueblo”, dice McCarthy. “No he escuchado muchas, o ninguna queja sobre viviendas de trabajadores agrícolas que me hayan comentado. Eso no significa que no hayan pasado”.
Bajo una legislación aprobada en una reciente sesión, la regulación de rentas en Vermont será más centralizada. Todas las quejas deberán dirigirse a la división de seguridad antiincendios del Departamento de Seguridad Pública.
Mike Desrochers es el director ejecutivo de dicha división. En un correo a Vermont Public, él dice que las personas pueden realizar una queja al sistema vía correo electrónico. La nueva ley sí incluye un proceso de seguimiento.
Desrochers dice que él sí había escuchado pocas quejas de seguridad antiincendios en el pasado que se hacían específicamente sobre alojamiento en granjas. Él dice que los registros de la división antiincendios no rastrean quejas por tipo de residencia, solo por direcciones.
Desrochers dice que la división sí planea incluir al alojamiento en granjas en su programa de educación pública, más adelante.
Pero, los defensores de los trabajadores agrícolas dicen que los sistemas existentes no funcionan para ellos.
“Tener acceso a aquellos sistemas no es algo que se conoce en la comunidad”, dice Marita Canedo, quien está con Migrant Justice. Ella dice que hacer quejas sobre el alojamiento a agencias estatales no es práctico cuando muchos trabajadores agrícolas del estado solo hablan español.
“No hay personas que hablen el idioma o que entiendan y respondan en su lenguaje”, dice Canedo.
Desrochers dice que la división de seguridad antiincendios tendrá versiones en inglés y francés de su formulario de quejas, y también acceso a intérpretes cuando sea necesario.
Los trabajadores agrícolas crearon su propio sistema
Aunque actualmente existe poca interacción entre las agencias de Vermont y los trabajadores agrícolas que viven en granjas, un cuerpo gubernamental ha identificado que este es un problema extendido.
En el 2021, el directivo de alojamiento y conservación de Vermont publicó un reporte resaltando los principales problemas de las viviendas en granjas, incluyendo la aglomeración en espacios, riesgos de incendios, aparatos sin funcionamiento en cocinas y baños e inapropiada ventilación.
El reporte dice que más de la mitad de las unidades de alojamiento en granjas de Vermont necesitan reparos.
Migrant Justice está consciente de estos desafíos. Este grupo dice que ha recibido 181 quejas de viviendas a través de su programa Leche Con Dignidad.
Desde el 2017, el programa le pide a las compañías que se comprometan a pagar un recargo a las granjas que les proveen los suministros lácteos. A cambio, las granjas prometen cumplir con un código de conducta, el cual incluye brindar alojamiento seguro y limpio.
Canedo dice que los trabajadores agrícolas crearon este programa de aplicación cuando los mecanismo del estado estaban fallando.
“Lametablemente, conocemos la capacidad del estado, y hay una escasez de personas realizando investigación sobre viviendas, o [sabemos que] no hay capacidad para hacerla”, dice ella. “La implementación de estándares básicos como extinguidores de incendio, alarmas de humo, no existe”.
Canedo también dice que el programa está diseñado por trabajadores agrícolas para trabajadores agrícolas.
“Este viene de las personas directamente afectadas”, dice. “Entonces, los trabajadores que crearon estos estándares de alojamiento, viven allí a diario y saben lo que necesitan”.
Canedo coordina el programa y responde su línea de tele-ayuda.
“La mayoría de quejas viene de personas que ya fueron a la granja”, dice. “Debido a este miedo de perder sabes, su trabajo o perder su vivienda”.
Ella dice que si una queja viene de una granja que no quiere implementar las mejoras, y está fuera del programa, Migrant Justice trata de organizar a los trabajadores y protegerlos de ser despedidos.
Canedo dice que en muchos casos, los propietarios de las granjas están dispuestos.
“Hemos visto en muchos casos que los propietarios sí quieren cambiar la situación, pero no tienen los recursos, o el espacio”, dice ella.
Cómo avanzar
Para casi las 50 granjas que actualmente cubre Leche Con Dignidad, el programa tiene que ayudar a resolver el problema, o potencialmente perder los recargos y mercado para la leche.
Hasta ahora, los trabajadores de dichas granjas sí han visto un cambio, como Anthony, un trabajador agrícola en Swanton. Él dice que solía vivir en un establo, con un cuarto individual con dos personas más. Allí todos dormían y comían.
Pero, Migrant Justice dice que la granja ha utilizado su dinero de recargo para construir más alojamiento. Anthony ahora vive en una casa nueva, limpia y con tres dormitorios. Él dice que puede llegar a casa a relajarse y desconectarse del trabajo.
“Bien tranquilo, bien relajado, bien, como un poco más despejada la vida de uno de la que tenía antes”, dice Anthony.
Los trabajadores agrícolas y sus defensores dicen que Leche Con Dignidad es efectivo en mejorar las condiciones de viviendas en granjas. Este actualmente cubre solo el 20% de la industria láctea de Vermont. Dicen que más negocios necesitan participar para revertir lo que llaman una crisis de condiciones.
Ben & Jerry’s es la única compañía en el programa. Migrant Justice está tratando de que la cadena de supermercados Hannaford firme, y eventualmente, quiere que instituciones estatales que compran lácteos, también se junten.
Por ahora, la organización dice que está empezando a colaborar con el estado. Migrant Justice recientemente aprobó referir a propietarios a un nuevo programa de préstamos para reparar alojamiento de trabajadores agrícolas, supervisado por el el directivo de alojamiento y conservación de Vermont y administrado por Champlain Housing Trust.
El programa tiene $500,000 para gastar. En esta primera ronda, recibió una solitud de aplicaciones para un total de $1.7 millones.
Puedes leer una versión en inglés de la historia, aquí. Producimos la versión en español en alianza con New Hampshire Public Radio.
¿Preguntas, comentarios o sugerencias? Escríbenos o envíale un tweet a la productora/reportera Elodie Reed @elodie_reed. También puedes enviar un correo electrónico a quehay@nhpr.org.